"EL EXTRAÑO CASO DEL DOCTOR FÉNIX Y MISTER HYDE... (O MISTER T)"

A ver si de una vez por todas dejamos de hacer juegos de palabras basados en las dicotomías. Que si cruz o cara, que si Doctor Jekill y Mister Hyde, que si una de cal y otra de arena... este Fénix no puede seguir así ome, que tenemos muchos fans y los tenemos desconcertados.

Aclaremos los términos: hacemos muchas cosas bien, pero otras rematadamente mal. Esta semana nos tocó hacer bien la remontada (últimamente estamos hechos unos expertos) y muy mal el serenarnos y llevarnos el partido para casa. Marchamos al descanso un poco cabizbajos porque lo hicimos bien en los primeros 25 minutos. Incluso tuvimos claras ocasiones como el balón rapiñeado por este que os escribe y que en vez de probar fortuna tirando a puerta traté de enviar en forma de pase de la muerte al Ruli... pase muy largo, larguísimo y que dejó la ocasión más clara de la primera parte en agua de borrajas.

Pues eso que en el descanso sabíamos que podíamos darle la vuelta al partido con 2-0 en el luminoso... y vaya si lo hicimos! En unos diez minutos de escándalo vimos al Mister Fénix, todo un dandy de las canchas gaditanas. Un tío serio, que aprieta hasta ahogar, que llega y mata, que a base de empuje y casta es capaz de meter hasta cinco chicharros (hat-trick de Emilio y doblete de Sergioli) uno detrás de otro... Este caballero del fútbol sala se dio un paseo por el Gadir dejando a todos con una sensación de satisfacción tremenda en esos instantes porque nos habíamos convertido en unos crackers.

Fue entonces cuando alguna sustancia tóxica debió nublar nuestra percepción. El cansancio, la caraja, la pamplina y el desatino comenzaron a flotar en el ambiente aliándose en contra del Doctor Fénix. Paulatinamente sobrevino la transformación: un córner sin defender, errores en los pases, precipitaciones en los saques de puerta, nervios en la salida del balón... arrgggghhhhrrrrrr... Mister Hyde (o en nuestro caso Mister T, ailoviu Nardi) entró en escena. La peor versión de las mismas almas, en este caso un equipo sin alma.

El resultado de dicha metamorfosis fue espeluznante porque pocas veces se ve a un equipo sucumbir así, sin poder hacer nada, impotente ante los goles que caían hasta llegar al 9-5 final. Siete. Esos fueron los goles que encajó Mister Hyde en nuestra portería en un tiempo record.

Partido para el psicoanálisis decíamos muchos en la puerta del Gadir. El diván echaría chispas al comprobar que esto no hay dios que lo entienda. Pasar del cielo al infierno en pocos minutos está al alcance de pocos equipos y por desgracia estamos demostrando que esta temporada no hemos alcanzado la estabilidad psíquica o emocional.

Pues nada amigos, no queda tiempo para terapias, ni tan siquiera para recordar este partido como lo que pudo ser y no fue porque lo tiramos a la basura. Sólo tenemos tiempo para pensar en el siguiente partido. El rival es lo de menos porque dentro de nosotros mismos es donde están nuestros peores demonios. Demonios que desde hoy debemos desterrar o dejar bien amarrados para poder seguir disfrutando del auténtico Fénix.

Ánimos como siempre! No olvidemos los errores, corrijámoslos. No nos regocijemos de los aciertos, afianzémoslos. No dejemos que volvamos a ser otra semana más un equipo con dos caras.

Besos para todos y ESE MISTER FENIX OEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!