Situémonos previamente... Pabellón designado, Gadir. Campo maldito para el Fénix dónde ha tenido sus peores experiencias, tanto deportivas como físicas para sus integrantes. Flotaba en el ambiente un aire receloso a esta cancha, pero la maldición de Gadir sucumbió ante las llamas purificadoras del Fénix.
Inicialmente saltaron al campo Agu bajo palos, Emilio, Raúl, Guti y Sergio. Un quinteto titular bastante compensado en cuanto a técnica y entrega. No en vano el rival merecía cierto respeto pese a contar con una sola victoria en su haber. La presencia del viejo conocido Chico, así como la de otros peloteros en el equipo rival, hacía presagiar un partido difícil.
El comienzo fenixero fue algo dubitativo. Muchas imprecisiones por nuestra parte provocadas por la falta de estabilidad que todo el mundo tiene en esta cancha tan resbaladiza, y por ese recelo que el equipo tiene con este pabellón. Prácticamente los 4 o 5 primeros minutos fueron de tanteo entre los dos equipos, donde no se veía un claro dominador. Ninguno de los equipos marcaba la diferencia y apenas había ocasiones claras. Algún disparo blandito que no hacía que los porteros entraran en calor.
Pero poco a poco el Fénix fue tomando las riendas del partido. No con una claridad pasmosa, pero si que acompañado de cierta efectividad a la hora de generar y terminar las ocasiones de las que iba disponiendo.
Bajo mi punto de vista, un rival superior técnicamente y nada fino, se vió sorprendido por un Fénix incisivo que ponía en más de un apuro a la zaga visitante con rápidos ataques, sometiendo al portero a numerosas intervenciones para mantener el marcador a cero. Pero ya se sabe que tanto va el cantaro a la fuente que al final se rompe. Emilio, en racha desde que ingresó en las filas del Fénix y se compró sus deportivas nuevas, culminó una jugada poniendo el 1-0 a nuestro favor rebasado el ecuador de la primera mitad.
Esto pareció tocar el orgullo del Cadiplaya, que tras el gol encajado empezó a tener más iniciativa y mordiente en el ataque. A pesar de las discusiones internas que tenían, el peligro se iba acercando a la portería bien defendida por Agu, el cual hizo varias intervenciones destacables que nos mantuvieron con la ventaja. Pero el equipo que mister Maga mantenía en pista supo responderle con lo que requería el partido en esos momentos, control y tranquilidad.
Tras un disparo a la cruceta del rival y numerosos ataques que nos iban encerrando, cercanos ya al tiempo de descanso, Seca, Riki, Emilio y Paco, mantenian la diferencia con un buen trabajo defensivo a la vez que llegaban esporádicamente al ataque con rápidos ataques que nos daban oportunidades, tanto directas como indirectas en saques de esquina, todo ello acompañado de un juego pausado y controlado. Fue en uno de estos ataques cuando un pase desde el corner tocó la mano de un rival en el área y el colegiado indicó la pena máxima. Emilio se encargó de batir con un fuerte disparo raso al portero rival, poniendo en el luminoso estropeado e inexistente del pabellón el 2-0 con el que nos ibamos al descanso.
El segundo tiempo iba a ser una continuación de lo visto en el primer tiempo, pero aumentando la tensión del equipo en ciertos instantes por el acoso rival, que por momentos estuvo a punto de ponernos contra las cuerdas.
Con el cambio bajo palos de Agu por el gran Migue, y el mismo equipo que acabo el primer tiempo, el Fénix saltó al terreno mentalizado del trabajo que debía llevar acabo: mantener la diferencia conseguida y aumentarla en cuanto hubiese ocasión de hacerlo.
Cadiplaya se volcó. Con una presión poco asfixiante de la cual el Fénix salía con cierta soltura, manteníamos el control del partido sin ser los dominadores. Éramos presa del acoso rival. Don Miguel estuvo acertado todo el tiempo manteniendo la puerta a cero a pesar de los constantes ataques rivales, que nos retenían en la zaga casi atenazados por completo, con el contraataque veloz casi como nuestra única arma disponible. Por momentos ibamos perdiendo el control. Comenzabamos a hacer más faltas de las debidas y el repliegue era tal que no podía pasar mas que una cosa. Encajamos un gol en contra en uno de los númerosos ataques que recibiamos.
La tensión se incrementó aún más, pese a disponer todavía de cierta ventaja en el marcador. Cadiplaya ahora por fin veía la posibilidad de darle la vuelta al partido con un Fénix medio "grogui" que seguía recibiendo ataques en masa. Con el tiempo muerto pedido en mesa y un Migue pidiéndolo a gritos desde la portería, había que cortar esa dinámica de algún modo. Y se consiguió.
Se pasó de lo que pudo ser el empate a 2, al 3-1. Una salida veloz de las que nos tiene acostumbrado este Fénix. Un balón robado que llega a pies de Ruli, y que con un taconazo genial, deja la bola para que Emilio, que subía como una bala, pasara entre dos rivales quedándose solo frente al portero y fusilándolo con un certero disparo. El partido volvía a decantarse claramente hacia nosotros.
Aunque el partido aun seguía en un toma y daca por parte de los dos equipo, el Fénix contaba con la ventaja del marcador y la tranquilidad de no haber pasado excesivos apuros durante todo el encuentro. Cadiplaya, sorprendido por el equipo que tenía en frente y cercano al anarquismo de la impotencia, seguía intentándolo con más orgullo que otra cosa.
Pero la puntilla final se puso con uno de los númerosos ataques verticales del Fénix. Un robo de balón de Sergio en punta. Éste puso la quinta, se preparó el balón y la clavó sentenciando el partido a pocos minutos del final.
Los minutos restantes fueron en la tónica general del partido. Control y tranquilidad gracias a un trabajo bien hecho. Un equipo sobrio, sin alardes técnicos que supo estar a la altura de lo que requería el partido, manteniendo en casi la totalidad del encuentro el tempo del partido a su favor. Un 10 para este Fénix que supo ser consciente de la importancia que tenía este partido en el futuro devenir del equipo en su travesía liguera.
Por último, me gustaría destacar varias cosas. El espíritu fenixero parece haberse asentado por fin en el equipo. El juego tranquilo que se hizo por momentos merece ser recalcado. Y también hacer mención al buen partido hecho por todos, en especial a Paco, que está volviendo a ser el Paco de antaño. Se huele el gol pronto compi ;)
Un saludo a todos!!!